El dolor de la articulación sacroilíaca se siente en la parte baja de la espalda y los glúteos, siendo causado por daño o lesión a la articulación entre la columna vertebral y la cadera. El dolor sacroilíaco puede alertar sobre otras afecciones, como un disco herniado o un problema de cadera. El diagnóstico preciso es importante para determinar la fuente del dolor y poder descartar que sigamos sufriendo malestar. Hoy queremos mostrarte cuáles son estas afecciones en la articulación sacroilíaca y qué opciones tenemos para poder combatir a las molestias y problemas que genera en nuestro día a día. Ya sabes que, en temas relacionados con la espalda y los dolores de cabeza, la medicina tradicional china se convierte en una de nuestras principales recomendaciones.

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Síntomas de afección en la articulación sacroilíaca
Los signos y síntomas del dolor en la articulación sacroilíaca comienzan en la parte inferior de la espalda y los glúteos, y pueden irradiarse a la parte inferior de la cadera y la ingle, o la parte superior del muslo. Si bien el dolor suele ser de un solo lado, puede ocurrir en ambos. Los afectados por este problema también pueden experimentar entumecimiento u hormigueo en la pierna o una sensación de debilidad.
Los síntomas pueden empeorar al sentarse, pararse, dormir, caminar o subir escaleras. Con frecuencia, la articulación sacroilíaca puede presentar dolor al sentarse o dormir en el lado afectado. Algunas personas tienen dificultad para viajar en un coche o estar de pie, sentados o caminando demasiado tiempo. El dolor puede empeorar con los movimientos de transición, yendo de una posición a otra, parándose sobre una pierna o subiendo escaleras.
Causas de afección en la articulación sacroilíaca
Una afección en la articulación sacroilíaca se pude dar cuando los ligamentos se vuelven demasiado débiles o demasiado rígidos. Esto puede ocurrir como resultado de una caída, lesión laboral, accidente de coche, embarazo y parto, cirugía de cadera o de columna vertebral como una laminectomía, o una fusión lumbar.
El dolor en la articulación sacroilíaca puede ocurrir cuando el movimiento en la pelvis no es el mismo en ambos lados. El movimiento desigual puede darse cuando una pierna es más larga o más débil que la otra, o ante la presencia de artritis en la cadera o rodilla. Las enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, de la cual ya hemos hablado en alguna ocasión, y las afecciones biomecánicas, como el uso de una bota para caminar después de una cirugía de pie o tobillo, o el uso de calzado inadecuado, pueden llevar a una sacroileítis degenerativa y dolorosa.
Cómo aliviar las afecciones en la articulación sacroilíaca
Algunos pacientes responden a la terapia física, y al uso de medicamentos orales. El uso intermitente de un cinturón pélvico también puede aliviar los síntomas. Los tratamientos como las inyecciones para el dolor o el uso de un cinturón se realizan de manera repetitiva, y el alivio de los síntomas con estas terapias puede ser temporal o esporádico. Una vez que se han probado todas las opciones de tratamiento no quirúrgico y no hay mejoría, un profesional puede considerar otras opciones, incluida la cirugía.
Diferentes tipos de fisioterapia pueden ayudar a mejorar los dolores causados por las afecciones en la articulación sacroilíaca. La natación puede ser útil para aliviar la presión propia de la articulación y mejorar la resistencia. De igual manera, se recomienda a los pacientes mantenerse en ambientes cálidos y secos, ya que el frío y la humedad tienden a empeorar los síntomas, causando más malestar físico.
Otras formas de tratamiento pueden ser las no convencionales, como por ejemplo la acupuntura, procedente de nuestra medicina tradicional china tan estimada. Muchos pacientes dicen sentir alivio después de haberse sometido a algunas sesiones de acupuntura, ya que las agujas permiten actuar sobre la zona afectada en cuestión u otras de las que también depende, permitiendo acceder al foco del problema y aliviar el dolor.
Ahora bien, igual que las técnicas como la acupuntura resultan de gran interés, el primer paso siempre pasa por acudir al médico especialista, ya que será él quien determine el alcance de esta lesión en la articulación sacroilíaca y descarte otras posibles complicaciones.